No controla muy bien la electricidad. Como su Entrenador se descuide, Pichu puede acabar paralizado por sus propias descargas.

Es un Pokémon adorable, pero cuando se convive con él, uno tiene que estar preparado para recibir alguna que otra descarga eléctrica.

Aún no controla muy bien la electricidad, por lo que suele emitir descargas involuntarias cuando lo sorprenden o siente alguna emoción intensa.

Posee sacos eléctricos en los carrillos. Cuando se cargan por completo, se siente pletórico de energía y corre y juguetea sin parar.