Su comida preferida son las rocas cubiertas de musgo. Llega a comer más de una tonelada en un día y causa un gran estruendo al masticar.

Se desplaza rodando, pues a pie va muy despacio. Si toma carrerilla, puede superar los 100 km/h.

Escala los riscos de las montañas y, una vez alcanzada la cima, desciende rodando por los senderos.

Se desplaza rodando por las laderas. Si por mala fortuna termina cayendo en un río, con su último aliento causa una gigantesca explosión.