Sus fuertes alas parecen pesadas, aunque son huecas y ligeras, y le permiten volar libremente.

Después de anidar en zarzas, las alas de sus polluelos crecen fortalecidas por los rasguños.

SKARMORY está totalmente encerrado en el interior de una fuerte coraza protectora. En vuelo, puede llegar a alcanzar los 300 km por hora y usa las afiladas alas que tiene para azotar al rival.

A SKARMORY se le quedan las alas abolladas y hechas jirones tras varios combates. Una vez al año, le vuelven a crecer completamente y a restaurar los bordes cortantes que tenían en un principio.

Tiene el cuerpo y las alas de acero. Hace mucho, la gente usaba las plumas que se le caían a SKARMORY para forjar espadas y cuchillos.